lunes, 23 de abril de 2012

La leyenda de la chica del listón púrpura

Había una vez en un pueblo muy lejano llamado Kalanko el cual se encontraba clavado en medio de un hermoso bosque, los habitantes todos ellos de aspecto campirano se reunian al atardecer en aquella bella plaza a la misma hora, las 5:00 en punto.

Ya todos los habitantes se conocían, siempre era el mismo ritual, las parejas degustaban las golosinas o antojitos que se ofertaban sobre las banquetas de aquella hermosa plaza, las mujeres solteras se reunian el extremo en una banca ahí ellas lucian sus mejores galas, siempre recatadas pero sin perder esa coquetería que caracteriza siempre a una mujer. Con maquillaje tenue hacian exaltar lo mejor de sus atributos físicos, aquellas que sus ojos eran hermosos como dos gemas preciosas iluminaban más su rostro con algunos toques de sombra y aquellas que su distintivo eran sus labios hacian lo mejor posible por hacerlos resaltar con lápiz labial que daban un brillo sensual a sus rostros.

En cambio los varones se reunian del otro lado de la plaza en la banca directamente opuesta, ellos también trataban de lucir sus mejores galas, algunos utilizaban sus sombreros de ala ancha, ropas muy bien planchadas con adornos para atraer a la chica que les gustaba, entre ellos jugueteaban a juegos rudos a manera de demostrar su virilidad, de pronto alguno se le ocurría la idea de encender un cigarrillo para tratar de dar la imagen de ser un tipo maduro cosa que algunas chicas veían con desagrado. Así giraban las tardes en esa plaza.

Cabe mencionar que todas las personas se conocían no había nadie nuevo ni llegaban turistas, todo era intacto en ese pueblo hermoso. De entre todas esas personas había un tipo llamado Dante, él era soltero en sus ventitantos, joven atlético que trabajaba en el aserradero era un tipo galán seguido por muchas chicas, un poco arrogante pero nunca caía en la barbajanería. El era de los unicos en su grupo de amigos que casí no coqueteaba con el grupo de las chicas solteras ya que no encontraba una necesidad ya que se sabía deseado por un bonche de estas.

Así siguio Dante su ritmo de vida, el trabajar, el ir a su casa y bañarse para ir a la plaza a descansar y convivir con sus amigos.

Un día de abril exactamente el 14, Dante notó la presencia de una bella dama, igual en sus ventitantos, no pudo apartar la mirada de esta bella mujer, su cabello parecia que bailaba al ritmo del viento en cada paso que daba su cabello rubio ondulaba cuales plantíos de maíz que se mecen al viento iracundo, su ojos eran cual dos esmeraldas, hermosos ojos verdes que contrastaban con su piel blanca, blanca y tersa como el pétalo de una rosa, cutis perfecto que las lagrimas que salieran de sus ojos seguro rodaban al suelo sin encontrar ninguna imperfección, sus labios eran dos brasas ardientes esperados a ser apagados con el más intenso de los besos, todas las personas la veían incluyendo a mujeres y hombres por igual, era una perfecta extraña rompiendo el equilibrio de una rutina que había durado así por mucho tiempo.

-¿Quién será esa chica? -comentó Dante a su amigo
-No lo se, pero es hermosa! -exclamó admirado Dante
-10,000 talentos a quien me consiga el nombre de esa dulce chica! -expuso Dante ante el grupo de amigos
-Dante! Dante! los talentos ya ni se usan -replicó su amigo
-Está bien, 1000 pesos a quien me lo consiga -finalizó dante

Ninguno de los otros chicos se atrevieron siquiera a acercarse a esa bella dama, era tan hermosa que los chicos no se atrevían a dirigir palabra alguna, todos los días como a las 6:00 pm nuestra bella dama se dirigía al mercado con una canasta en busca de víveres, Dante había notado algo en ella, algo que contrastaba con su piel blanca, la chica siempre traía descubiertos sus brazos y en su muñeca derecha traía siempre un listón púrpura de terciopelo nunca se lo quitaba todas las tardes aparecía con el mismo listón.

Dante un día se decidió a hablarle pero ese día no había pasado a bañarse, él se había dirigido hacía la plaza aún en su uniforme de trabajo, al acercarse Dante a la bella dama esta sorprendida por el aspecto de él, salió corriendo y en su arrebato su listón se desató de la muñeca, Dante apresurado recogió el listón pero la bella dama en un abrir y cerrar de ojos ya había avanzado cientos de metros¹ Dante sorprendido por la reacción solo se quedo estupefacto con el listón entre sus manos, esa prenda ahora era lo único que lo ataba a ella, al día siguiente se dirigió con sus mejores galas a la plaza y espero paciente por la bella dama, está no llegó nunca, así transcurrió el día y jamás apareció, Dante se quedó observando toda la tarde la plaza en espera de su querida dama.

Así pasaron los días, al tercer día Dante se sentó de nuevo con sus mejores galas y el listón en su mano, previamente había pasado al negocio del sastre del pueblo le había llevado el listón para que lo examinara y así poder averiguar algo de esta belleza, el sastre del pueblo no atinó a decir nada de esa prenda solo que no había visto nunca algo de similar calidad y belleza, también en el transcurso de esos días fue a visitar a las personas mas adinedaras para averiguar si alguien estaba de visita y preguntar si alguien sabía de esa hermosa prenda, las personas de dinero se admiraron tanto del listón que le ofrecieron dinero, animales, cosas materiales por aquel trozo de listón pero Dante se rehusó tajantemente. Intrigado por el origen de ese listón y la ausencia de la bella dama Dante pasó esos días tratando de averiguar el misterio de la desaparición, fue en ese tercer día precisamente que se sentó en la banca y a lo lejos pudo distinguir la hermosa silueta de la bella dama acercándose con su canasta pero con su muñeca desnuda.

Dante en esta ocasión se acercó a la dama bajo circunstancias totalmente diferentes, esta vez la dama se detuvo ante la presencia del joven y agachó la mirada en forma tímida...

-Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó tímido-
-mi nombre es Sofía -respondió-
-Tengo algo que te pertenece -Dante mostró el listón-

Sofía tomó el listón y lo amarró a su muñeca y un fulgor en sus ojos que pareciera mágico puso en éxtasis a Dante.

-He estado averiguando algo acerca de este listón -comentó Dante- pero ninguna persona de las que conozco me han podido dar alguna explicación del origen de tan hermosa prenda y ahora que te la colocas en tu mano veo que tiene alguna especie de lazo contigo.

-No hay necesidad de averiguar nada, mi madre me lo regaló hace algún tiempo, siempre cargo con el, nunca me lo había quitado, hasta ese día que tú lo tomaste -relataba con alegría Sofía- y ahora que lo tuviste en tu poder sentí la dicha de la libertad y del cabalgar hacía tierras lejanas en busca de fortuna y el amor, pero creo que aquí lo he encontrado al fin.

Dante tomó de la mano a Sofía y unió su muñeca con la de él y le pidió nuevamente que le dijera el origen del listón.

-Lo compré en Soriana -respondió Sofía.
-Oh! -se la creyó el Dante.

FIN


¹ Sofía fue campeona en 100 mts planos en los XVI Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011

1 comentario:

GAVIOTA dijo...

jiji
Muy vívido para ser leyenda, creo yo!!
jijiji!
=P